4.1. la animación
En los 90, para un producto de animación estándar (que, por otro lado entonces ya empezaba a palidecer en las salas comerciales en beneficio de la animación digital), los dibujos se realizan uno por uno, formando la unidad visual que es la secuencia. En aquellos años de experimentación y búsqueda en el dibujo, la animación (que ya conocíamos bien) se antojaba un campo idóneo para transmitir aquellas imágenes. Sin embargo, la idiosincrasia propia del medio lo convertían en un verdadero reto para plasmarlas.
Por un lado, la exploración y destrucción de la forma, características de lo que se estaba persiguiendo entonces en el dibujo, pero por otro, la constancia estructural o formal necesarias para posibilitar lo que entonces se llamaba la "persistencia retiniana" del cine (o de la sucesión de dibujos en este caso), hicieron de LB un verdadero campo de experimentación. La pregunta era: ¿serían aquellos dibujos capaces de, a pesar de ofrecer esas rupturas en su forma, mantener y soportar a una estructura bien formada, contínua y sólida en la secuencia temporal que es la animación?
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